Tras un espectacular inicio de temporada después de un amplio período de sequía competitiva, Alejandro comenzó la estación primaveral sin mucha fortuna. Los problemas comenzaron en la París-Niza, prueba en la que se llevó una etapa y estuvo en el podio final, donde tuvo unos problemas intestinales que le impidieron atacar a Wiggins en busca de la victoria final. Todo parecía indicar que solo se trataría de un pequeño bache en la excelente campaña del murciano, pero no fue así.
En la Volta a Catalunya partía con muchas opciones de triunfo pero una caída en la primera etapa le propició un fuerte golpe en el hombro que le hizo dejar la carrera por motivos de seguridad, más si cabe con las inclemencias meteorológicas que se vivieron en esas fechas. La decisión fue muy inteligente ya que la Volta no era el gran objetivo de la temporada, no así las clásicas de primavera.