"Lo que no me podrán reprochar es que en cada carrera estoy ahí siempre entre los mejores". Esta es una frase que se repite en cada entrevista a Alejandro Valverde y que no refleja más que una realidad palpable. Cuando llevamos ya varias semanas de competición en este 2015, podemos asegurar que el Bala sigue en mejor forma que nunca. Si bien no ha logrado tantas victorias como el año pasado a estas alturas, el murciano sí se estrenó a lo grande en la Challenge de Mallorca (a finales de enero) con una genuina cabalgada de más de 100 kilómetros en el Trofeo Sierra de Tramuntana. Se fue deshaciendo uno a uno de sus rivales hasta completar su gesta con el triunfo en solitario. No obstante, la jornada anterior se quedó muy cerca también al finalizar segundo en el Mirador d’Es Colomer. Sumando ésta atesora en total 85 victorias en sus 14 temporadas como profesional. Casi nada.
En febrero seguiría con la misma dinámica luchadora en la gira por Oriente Medio. Primero en el Dubai Tour dejando a Juanjo Lobato tercero en la clasificación general y ocupando el puesto inmediatamente posterior. En la etapa con final en el muro de Hatta el número 1 del mundo en 2014 sólo se vio superado por el alemán John Degenkolb, a la postre ganador de la Milán-San Remo. Después llegaría el Tour de Qatar en el que un resfriado y el terreno poco propicio no le dejaron brillar mucho como sí ocurriera en Omán con el podio como resultado. Sin embargo, la victoria se le resistió de nuevo en el sprint de Al Bustan, con Cancellara como verdugo, y en Green Mountain donde se tuvo que conformar con la tercera plaza. Buen balance y muy combativo en cada oportunidad que la competición presentó.
Y qué mejor manera de comenzar el mes de marzo que recibiendo un premio por la Asociación Española de Prensa Deportiva al trabajo realizado la pasada campaña cuando tanto Movistar Team como el propio Alejandro fueron coronados como los mejores del mundo. Pero donde realmente desató su euforia desmedida fue en la Strade Bianche Eroica Pro, la primera de las tres clásicas que ha disputado en Italia. Tras los excelentes resultados cosechados en 2014 (incluyendo el épico triunfo en la Roma Maxima, este año suspendida), el Bala se presentó a la salida de la prueba de los caminos de 'sterrato' con la mayor confianza. Nadie pone en duda la habilidad de Valverde sobre la bicicleta pero en las inmediaciones de Siena nos dio una muestra de potencia digna de los grandes rodadores en las carreteras blancas. De hecho, se las apañó para reventar una carrera que terminaría peleando junto a grandes especialistas del pavé. Fue el primero de los favoritos en dar la cara, en más de una ocasión, y neutralizó algunas intentonas para después entrar con facilidad en la criba definitiva. Así, en la subida final de Vía Santa Caterina se las vería con Van Avermaet y Stybar quienes le superaron con claridad en sendos ataques. El derroche de energía a lo largo de toda la competición pasó factura a un Alejandro que además no se alimentó adecuadamente en los últimos kilómetros. Con ello repitió el puesto en el podio de la pasada temporada, bien ganado a pulso.
También un año más volvió a ser protagonista en el GP Nobili marchándose en los últimos 30 kilómetros junto a un viejo conocido como Davide Rebellin. Cuando parecía que alcanzaban una diferencia importante de más de medio minuto (en mayor parte gracias al trabajo del ciclista de Movistar), detrás se pusieron a trabajar para acabar echando abajo la fuga a 8 de meta. Todavía tuvo fuerzas para dejar bien situado en el sprint a Juanjo Lobato, el líder del equipo para Milán-San Remo, que finalizaría cuarto. No entraba en los planes de Valverde disputar la Classicissima, el primer monumento de la temporada, pero el deseo de Unzué de alcanzar la gloria con el gaditano en Vía Roma le llevó allí como apoyo. Nueve años llevaba sin participar en esta centenaria competición que aún falta en su palmarés. Con todo, Lobato no encontró su mejor golpe de pedal y el murciano, que en unas horas tendría que volar a Cataluña para correr al día siguiente en la Volta, respondió de la mejor manera al encontrarse una vez más entre los mejores saltando a los ataques en el Poggio y tomando el descenso hacia la llegada en las primeras cinco posiciones. Pero la gran afluencia de sprinters en el grupo le dejó sin opciones finalizando 20º en su primera prueba World Tour de 2015. Se espera la adición de la cota de Pompeiana en campañas venideras para añadir dureza al final por lo que seguramente le volvamos a ver disputando esta histórica clásica que aún se le resiste.
Lo que no cambia es la cita con la que se abre este post. Da igual el terreno o la disciplina. Nunca falla, siempre está en disposición de victoria. Y si no median problemas lo mismo ocurrirá en Cataluña donde se encuentra con rivales de la talla de Froome o Contador. Después vendrán las Ardenas, uno de los grandes objetivos de la temporada junto al Tour de Francia y la Vuelta a España. ¡Que continúe el espectáculo! #GoBalaverde
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