Parece increíble pero aún a estas alturas Don Alejandro Valverde Belmonte nos sigue sorprendiendo una y otra vez en cada carrera que participa. El murciano ha sobrepasado todas nuestras expectativas al hacerse con sus terceras Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja de una manera absolutamente abrumadora. Y cerca nos quedamos de presenciar el triplete al finalizar en segunda posición la Amstel Gold Race, solo por detrás de Michal Kwiatkowski. A pesar de saberse la rueda a seguir por sus rivales y de que toda la responsabilidad cayera en muchos momentos sobre sus hombros, el Bala nos ha brindado unas actuaciones brillantes durante estas jornadas. Además, y como un regalo más de su 35 cumpleaños, se ha instalado en el primer puesto de la Clasificación UCI WorldTour por enésima ocasión en su carrera deportiva.
Le habíamos visto pletórico en anteriores pruebas, como en Cataluña, pero el breve parón de unos días sin competición nos podía crear ciertas dudas de cómo se presentaría en la Amstel, el primer asalto del famoso tríptico de las Ardenas. Pero estamos hablando de un ciclista cuya condición física se mantiene impecable a lo largo de los 365 días del año y aquí no podía ser menos. Aún superando un problema mecánico en su bicicleta, el líder del Movistar Team entró perfectamente colocado, gracias también a sus compañeros, en el último paso por el decisivo Cauberg. De forma inteligente, no quiso entrar al trapo en el clásico y potente ataque de Philippe Gilbert en la cota de Limburgo y esperó a la cima para dar alcance al belga y a Michael Matthews. Pero más corredores se sumaron en el último kilómetro y el desenlace aconteció al sprint. No era mala situación para Alejandro, que solo se vio rebasado por un prodigioso golpe de pedal del campeón del mundo Kwiatkowski, aunque el de Las Lumbreras aseguró en meta que dudó a la hora de completar su ataque justo al llegar a la cabeza de carrera. Parece mentira que esta competición aún no esté presente en su extenso palmarés pero seguro que hay muchas oportunidades todavía por delante.
Si la táctica aquí fue buena en las otras dos clásicas fue pluscuamperfecta. La inclusión de la cota de Cherave en la Flecha Valona inquietaba a buena parte del pelotón al estar situada justo antes del paso final por el mítico Mur de Huy. No así a Valverde que veía como el grupo se adentraba en los terroríficos últimos metros con menos unidades que nunca, en parte debido también a las múltiples caídas acontecidas previamente. Pero no todo iba a ser tan bonito ya que nadie quiso tomar el mando por temor a posibles ataques y tuvo que ser el propio Alejandro el que se pusiera al frente durante casi toda la ascensión. Desde luego no fue algo que le incomodara en exceso visto el aplomo que mostró entonces para, seguidamente, sellar su tercer triunfo en Huy con su punch definitivo. Segundo consecutivo tras el obtenido con similar autoridad en 2014, algo que no sucedía desde 1991. Con ello, iguala a otros cuatro ciclistas en el tope histórico de victorias en la Flecha con la ilusión de colocarse en lo más alto en solitario en próximas temporadas.
Y como todo se puede mejorar siempre nos faltaba la guinda del pastel: la ansiada tercera Lieja, su tercer monumento. Sin miedo a equivocarnos podemos afirmar que se trata de una de sus mejores obras deportivas desde el punto de vista estratégico. Su dominio de la carrera fue equivalente (o mayor si cabe) al mostrado unos días antes. El equipo Movistar respondió a las mil maravillas en una lluviosa jornada hasta que Valverde en primera persona seleccionó el pelotón en la Cota de Saint-Nicolas para hacerlo más manejable a antojo. Ante este movimiento se sucedieron varios intentos de otros participantes ilustres como Vincenzo Nibali pero ninguno conseguiría fructificar. Así, la rampa de Ans se erigiría como juez de la 101 edición de La Doyenne, como ha ocurrido en los últimos años. Los Katusha, en superioridad numérica, se encargaron de poner en jaque al Bala (ya sin compañeros) con Caruso pero, sobre todo, con un desafiante demarraje de Dani Moreno. Como no podía ser de otro modo, el peso de la caza correspondió nuevamente a Alejandro a quien parecía escapársele el sueño de la gloria. Nada de eso ocurrió puesto que a 600 metros aceleró para enganchar antes de la última curva al madrileño y encarar el sprint con una bala en la recámara. Conocedor de que Joaquim Rodríguez estaría a su rebufo, no quiso dar mucho margen a la sorpresa y se lanzó hacia una línea de llegada que le encumbró en el Olimpo de las Ardenas. Para muestra varios datos de interés que nos deja esta hazaña:
- Alejandro Valverde iguala a Houa, Schepers y De Bruyne con tres victorias en Lieja-Bastoña-Lieja (2006, 2008 y 2015), se coloca a una victoria de Argentin y a dos de Merckx.
- Alejandro Valverde es el único corredor de la historia junto a Ferdi Kübler (1951 y 1952) en conseguir dos dobletes Flecha-Lieja en un mismo año (2006 y 2015).
- Alejandro Valverde es el PRIMER ciclista en ganar la Liège-Bastogne-Liège con 9 años de diferencia entre la primera (2006) y la última (2015). Lo mismo ocurre con la Fleche Wallonne (2006-2015), aunque en este caso iguala a Rik Van Steenbergen (1949-1958) en el máximo.
- Alejandro Valverde se sitúa tercero en el ránking de triunfos en las clásicas de las Ardenas con 6, sólo por detrás de Eddy Merckx (10) y Moreno Argentin (7).
- Alejandro Valverde acumula hasta 13 podios en el tríptico de las Ardenas.
Sobra decir que estamos ante un ciclista irrepetible, inclasificable por su gran variedad de éxitos y su forma característica de correr. Aún hay ciertos sectores de aficionados que le reclaman mayor concentración en cuanto a la preparación de las clásicas a costa de las grandes vueltas pero, ¿acaso no son absolutamente compatibles a tenor de lo vivido estas últimas campañas? Una rara avis como Valverde no puede ceñirse a la disputa de ciertas pruebas del calendario sino que lo quiere correr TODO. Porque sabe que en cada competición en la que sea de la partida estará entre los mejores y podrá optar a la victoria. Olvidémonos de hasta dónde llegarán sus piernas en un futuro, sea próximo o más lejano, y disfrutemos de cada uno de sus triunfos en el presente.
#GoBalaverde
Sobra decir que estamos ante un ciclista irrepetible, inclasificable por su gran variedad de éxitos y su forma característica de correr. Aún hay ciertos sectores de aficionados que le reclaman mayor concentración en cuanto a la preparación de las clásicas a costa de las grandes vueltas pero, ¿acaso no son absolutamente compatibles a tenor de lo vivido estas últimas campañas? Una rara avis como Valverde no puede ceñirse a la disputa de ciertas pruebas del calendario sino que lo quiere correr TODO. Porque sabe que en cada competición en la que sea de la partida estará entre los mejores y podrá optar a la victoria. Olvidémonos de hasta dónde llegarán sus piernas en un futuro, sea próximo o más lejano, y disfrutemos de cada uno de sus triunfos en el presente.
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