En esta etapa de transición, con el pelotón pensando en la contrarreloj de Zaragoza y en las etapas de montaña de Pirineos, la general no cambió en sus puestos de honor: Efinkin sigue fuerte en cabeza con 1.06 minutos sobre el ruso Denis Menchov (Rabobank) y el español Carlos Sastre (CSC). Desde el Caisse d'Epargne, Eusebio Unzue, advierte de que "lo que hizo Efinkin en los Lagos no es casualidad".
Así pues, en Logroño se repitió el final habitual de etapas "inócuas": Hubo esprint y hubo fugas. El "malagueta" José Antonio López (Andalucía); el gigante sueco Backstedt (Liquigas); ganador de la París-Roubaix en 2004, el ucraniano Yuri Krivtsov; y el francés Stephane Augé (Cofidis), probaron suerte en el kilómetro 8 en busca del desafío imposible. En principio no tuvieron resistencia alguna, por eso pusieron más de 8 minutos de por medio en el km 40, la máxima diferencia.
El cuarteto se entendió perfectamente, pero la ley de la ambición colectiva y la acción del viento, por la izquierda de la calzada hicieron caer a plomo el retraso del grupo del líder y de los esprinters. El viento recibió al pelotón en cuanto puso las ruedas en tierras riojanas, hacia el Km 122, con los viñedos de Haro como mudos testigos. Como consecuencia inmediate, no tardaron en llegar los temidos abanicos y a las primeras de cambio el grupo se rompió en dos. Ninguno de los elegidos fue presa del despiste. Los escapados, a lo suyo, aún contaban con 3.48 minutos de ventaja, pero todo quedó en un susto, ya que poco después se unía la totalidad de los perseguidores con el Milram y el Lampre atizando el ritmo.
El trabajo del Quick Step de Boonen y Bettini y del Milram de Petacchi y Zabel, ambos aún inéditos en el podio, acabó con la aventura del día a 7 kms de meta. Ciclismo en pista, de persecución, a más de 55 por hora con las formaciones de los esprinters en plena faena: Lucha sin cuartel entre los lanzadores, sin mirar atrás.
El T-Mobile agarró la batuta en las calles logroñesas, pero el Milram quería la etapa para Petacchi y apartó a los alemanes. Óscar Freire se puso a rueda del italiano, la rueda buena. "Ale Jet" se lanzó dispuesto a estrenarse en la edición 2007, pero apareció como por arte de magia el cántabro, remontando con fuerza descomunal, superior a todos, para apuntarse la tercera en su casillero. Es invencible.
La séptima etapa cubrirá el recorrido entre Calahorra y Zaragoza a través de 176 kilómetros. Perfil ondulado hasta la mitad y luego llano hasta la capital aragonesa. Si no lo evita el viento los esprinters volverán a tener protagonismo.
Así pues, en Logroño se repitió el final habitual de etapas "inócuas": Hubo esprint y hubo fugas. El "malagueta" José Antonio López (Andalucía); el gigante sueco Backstedt (Liquigas); ganador de la París-Roubaix en 2004, el ucraniano Yuri Krivtsov; y el francés Stephane Augé (Cofidis), probaron suerte en el kilómetro 8 en busca del desafío imposible. En principio no tuvieron resistencia alguna, por eso pusieron más de 8 minutos de por medio en el km 40, la máxima diferencia.
El cuarteto se entendió perfectamente, pero la ley de la ambición colectiva y la acción del viento, por la izquierda de la calzada hicieron caer a plomo el retraso del grupo del líder y de los esprinters. El viento recibió al pelotón en cuanto puso las ruedas en tierras riojanas, hacia el Km 122, con los viñedos de Haro como mudos testigos. Como consecuencia inmediate, no tardaron en llegar los temidos abanicos y a las primeras de cambio el grupo se rompió en dos. Ninguno de los elegidos fue presa del despiste. Los escapados, a lo suyo, aún contaban con 3.48 minutos de ventaja, pero todo quedó en un susto, ya que poco después se unía la totalidad de los perseguidores con el Milram y el Lampre atizando el ritmo.
El trabajo del Quick Step de Boonen y Bettini y del Milram de Petacchi y Zabel, ambos aún inéditos en el podio, acabó con la aventura del día a 7 kms de meta. Ciclismo en pista, de persecución, a más de 55 por hora con las formaciones de los esprinters en plena faena: Lucha sin cuartel entre los lanzadores, sin mirar atrás.
El T-Mobile agarró la batuta en las calles logroñesas, pero el Milram quería la etapa para Petacchi y apartó a los alemanes. Óscar Freire se puso a rueda del italiano, la rueda buena. "Ale Jet" se lanzó dispuesto a estrenarse en la edición 2007, pero apareció como por arte de magia el cántabro, remontando con fuerza descomunal, superior a todos, para apuntarse la tercera en su casillero. Es invencible.
La séptima etapa cubrirá el recorrido entre Calahorra y Zaragoza a través de 176 kilómetros. Perfil ondulado hasta la mitad y luego llano hasta la capital aragonesa. Si no lo evita el viento los esprinters volverán a tener protagonismo.
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