miércoles, 1 de junio de 2011

Viaje al Giro de Italia (1ª parte): Visita a Milano



Como ya os comuniqué en la entrada anterior, fui invitado al Giro de italia con el Movistar Team junto con mi novia y otras cuatro parejas afortunadas para presenciar la crono final de Milán y conocer a los corredores del equipo en persona. El viaje ha sido espléndido, de ensueño. Los coordinadores y agentes de Movistar nos han tratado de forma maravillosa, atendiendo cada una de nuestra necesidades, ya que todos los gastos corrían a cargo de la empresa.

Todo salió a pedir de boca, tal y como estaba planeado. La organización fue perfecta y nos dejaron claro todo lo que teníamos que hacer en cada momento. Tuvimos la oportunidad de disfrutar de la ciudad el sábado por la mañana con visita guiada por los lugares más emblemáticos de la capital milanesa, como la Piazza Duomo, el interior de la misma catedral o las calles más comerciales.

Ya se respiraba el ambiente a Giro y el rosa tomó la ciudad, si bien es cierto que la carrera no llegaría a Milán hasta el domingo. A lo largo del sábado se llevó a cabo la preparación de la estructura del podium, asi como de las gradas y demás zonas acreditadas, a las que tendríamos acceso el día de la carrera.

Pudimos degustar los mejores platos italianos (como el arroz a la milanesa), el pescado siciliano (exquisito, sin duda) y los buenísimos postres (como la pannacotta italiana). Disfrutamos de los mejores restaurantes de la ciudad en definitiva. Además, el hotel no podía ser menos y estuvo a la altura de la calidad de todo el viaje. Durante toda la estancia en Milán hemos dispuesto también de un microbus para los desplazamientos.

Se notaban las ganas de que llegara el día de la carrera, aumentadas aún más si cabe a causa de que no pudimos ver las etapas del viernes y, sobre todo, la gran jornada del sábado para el equipo Movistar con la victoria de Vasil Kiryienka.

La tarde del sábado fue intensa ya que sólo dispusimos de unas dos horas para ojear algunos de los más emblemáticos comercios del centro y subir a la terraza del Duomo, donde se divisaba perfectamente una panorámica de la ciudad. Después nos desplazaríamos al hotel para coger el microbus hacia otro restaurante importante. Para ello, cogimos un tranvía de los más antiguos, algo que me hizo especial ilusión.

Podríamos ver tan solo la primera parte de la final de la Champions en la que el partido acabó empatado. Aunque después nos enteramos en bus de que el Barça ya había ganado por 3-1. Sin embargo, mucha más ilusión nos produjo la invitación a la mañana siguiente al hotel de los corredores del Movistar para hacerles una pequeña visita. Aguardamos con impaciencia...

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