sábado, 5 de julio de 2008

Etapa 1: al más puro estilo clasicómano de Valverde


Entre leyendas de piratas y corsarios, que acompañan a toda la región bretona; entre monumentos y referencias a las mil y una batallas vividas y sufridas en estos parajes, pero en especial a la II Guerra Mundial, que dejó esta ciudad arrasada; entre barcos de todos los tipos, tamaños y colores y entre bases de submarinos nucleares, aunque sobre todo en la tierra que vio nacer a campeones como Bernard Hinault, Louison Bobet y Lucien Petit-Breton, el primero que ganó dos Tours, además consecutivos, hoy se pondrá en marcha la 95 edición de la mejor carrera del mundo: el Tour de Francia.

A diferencia de otros años, sin embargo, la prueba arranca con una etapa en línea en vez de con un prólogo, lo que hace que el abanico de candidatos a vestirse con el primer jersey amarillo de la edición 2008 sea más amplio. Pero teniendo en cuenta que la meta se encuentra en un repecho de 1,7 km al 6,2% de desnivel medio, además de los sprinters, entre los que tenemos a Óscar Freire, también podremos contar con Alejandro Valverde para la victoria, que además estrenará su jersey rojigualda de campeón nacional y su flamante bici, decorada con los colores patrios para la ocasión. “Tal y como le vimos en el Campeonato de España”, explicaba ayer Samuel Sánchez (Euskalte-Euskadi), “Alejandro es el principal favorito”.

No se refería el asturiano del conjunto vasco a la victoria absoluta, a la que también aspira el murciano, sino al primer maillot amarillo, el que se enfundará el vencedor de hoy en la meta de Plumelec y, más concretamente, en la cima del Cadoudal, el repecho donde termina la carrera y donde en varias ocasiones se ha jugado el Campeonato de Francia, luego los galos lo conocen bien. “Habrá que tener especial cuidado a la entrada en el puente”, al pie del repecho, dice Vaugrenard. “Imperativamente habrá que situar a nuestro líder en las primeras posiciones”, que es lo que harán los hombres del Caisse d’Epargne con Valverde pero quizá no los del Rabobank con Freire, ya que éstos podrían estar más preocupados de Menchov, el líder de los holandeses para la general. “Me buscaré la vida”, se resigna el corredor cántabro. Su suerte es que McEwen y el Silence-Lotto estarán en parecida situación con Cadel Evans.

Alejandro Valverde, sin embargo, no tiene claro que vaya a disputar la etapa pese a que el final le conviene. “Claro que me gustaría ganar, porque además está el maillot amarillo en juego, pero no es ninguna obsesión porque lo que nos importa es tener el amarillo en París”, explica el ciclista murciano descubriendo inconscientemente sus cartas. “En estas primeras etapas la gente está muy entera, con las fuerzas intactas, y será una carrera muy loca y peligrosa, por lo que quizá no merezca la pena arriesgar”. Así, el de Las Lumbreras decidirá sobre la marcha.

Sin embargo, lo mejor para evitar los riesgos, tanto de caídas como de pérdida de tiempo, es estar delante, luego Valverde está condenado a estar en las posiciones delanteras del pelotón y una vez ahí... El problema, aparte el recorrido y esa trampa final, será el tiempo, o mejor dicho el mal tiempo, ya que las previsiones anuncian agua -ayer no dejó de llover- y mucho viento, con rachas de hasta 80 km/h. Corredores como Samuel Sánchez y Óscar Pereiro se mueven en estas condiciones como pez en el agua, pero Valverde está más acostumbrado al calor, que es el denominador común en su tierra. No obstante, el amarillo bien vale un remojón.

En estas condiciones, once meses después de Alberto Contador otro español aspira a lucir hoy el maillot amarillo. Han sido, además, unos meses en los que el deporte español se ha puesto de moda en Europa, y no sólo con el reciente éxito de la selección de fútbol, sino también gracias a Nadal, Gasol, Pedrosa, Lorenzo, Noya... y Contador, el flamante vencedor del Giro. ¿Se imaginan que, después del madrileño en Italia, otro español ganara en Francia? Estando como está el deporte español de moda, todo es posible.

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