Jornada anecdótica para el Tour, pero grande para Chavanel, de 29 años, a quien le ha costado ocho de profesional derramar lágrimas de alegría en su carrera del alma. Le ganó al esprint a su compatriota Jeremy Roy (La Francaise), y lo pudo celebrar con locura con un tiempo en meta de 3h.37.09, a un ritmo rápido de 45 por hora que no compartió el pelotón, que llegó tranquilo a 1.13 minutos con el alemán Gerald Ciolek al frente.
La séptima victoria de la temporada para el triple campeón de Francia de contrarreloj, un veterano habitual en las escapadas, luchador incansable, que ya merecía un día de gloria.
El trayecto hasta Montluçon se convirtió en un paseo para el pelotón, y Carlos Sastre guardó sin el menor agobio el liderato en espera del día "D", el que le puede convertir en el sucesor de Oscar Pereiro y Alberto Contador en el palmarés del Tour. Llegará al día más trascendente de su trayectoria profesional como líder con un colchón de 1.34 minutos por encima de su enemigo número uno, el australiano Cadel Evans.
"Ha sido un día para recuperar. Las sensaciones están intactas ante la contrarreloj. Estoy tranquilo para afrontarla y me siento relajado. Haré el recorrido mañana y me dejaré todo por ganar", dijo Sastre, poco alterado ante la responsabilidad que le viene encima.
El viaje hasta Montluçon se lo tomaron en serio un puñado de aventureros que desafiaron la escasez de fuerzas y el bochorno que cayó a plomo en las espaldas de los supervivientes del Tour, entre los que faltó el italiano Damiano Cunego, que se marchó herido a casa por la caída de la jornada anterior.
El primer intento de fuga no tuvo el salvoconducto del pelotón. Se había metido el español Egoi Martínez (Euskaltel), segundo en Prato Nevoso, pero tampoco tuvo suerte en esta ocasión.
Sí tuvo éxito la fuga francesa cien por cien que construyeron a partir del kilómetro 82 el joven de palmarés inmaculado Jérémy Roy y el ilustre Sylvain Chavanel.
No tuvieron más que entenderse con un poco de buena voluntad para ir abriendo diferencias considerables, con pinta de llegar a buen puerto a la ciudad de Roger Walkowiak, aquel corredor que gracias a una escapada consentida logró 18 minutos y ganó el Tour de 1956. Chavanel y Roy no contaron con semejante renta, pero cumplieron el deseo de disputarse el esprint entre los dos.
No hubo color. Chavanel, que no irá a los Juegos de Pekín a pesar de ser el campeón de Francia contrarreloj, impuso su ley sin problema. Tuvo tiempo de celebrar con metros de antelación su séptimo triunfo de la temporada.
La etapa dejó un buen recuerdo para Oscar Freire, virtual vencedor del maillot verde de la regularidad. Será el primer español en subir al podio de París para recoger dicha prenda. Si la suerte acompaña, lo haría poco antes de que subiera Sastre a ponerse el maillot amarillo definitivo. De este tipo son los sueños del madrileño afincado en el Barraco.
Mañana se disputa la vigésima etapa en la modalidad de contrarreloj individual, con un recorrido de 53 kilómetros de perfil ondulado de donde saldrá la foto final del podio en París. Carlos Sastre y Cadel Evans se jugarán el Tour.
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