En la etapa de ayer mi equipo, el Caisse d'Epargne, sufrió un palo muy fuerte: la caída por un terraplén de Pereiro. Fueron momentos difíciles. Algo increíble de presenciar en plena carrera. Yo me encontraba unos diez puestos detrás de él cuando estábamos bajando el Col del Agnel, de categoría especial, y el descenso en esos momentos era rápido y muy peligroso, ya que el suelo estaba bastante mojado por la lluvia. En una de las curvas vi que su cuerpo saltaba por encima de la barrera protectora y que caía al terraplén.De inmediato observé que el resto del pelotón aflojó el ritmo y nosotros, sus compañeros de equipo, nos detuvimos. Al ver al amigo tendido varios metros abajo y de la manera que estaba, por un momento, el corazón nos dio un vuelco. Temíamos lo peor. Enseguida nos comunicaron que estaba consciente y seguimos la marcha. Gracias a Dios que todo quedó en un gran golpe y sobre todo en un susto que podamos olvidar.Afortunadamente se repondrá de sus heridas, pero lo que sí hay que lamentar es su abandono de la carrera. De hecho, hubo un momento en que no tenía ganas de seguir disputando la etapa, como también le ocurrió a mis compañeros.En general, esta primera etapa de montaña en los Alpes la hemos pasado mejor de lo que se esperaba, a no ser, repito, por la mala suerte de la caída sufrida por Pereiro.La climatología no acompañó en nada. Pasamos de estar a 30 grados a los casi 10 en el alto del puerto, y eso lo nota el cuerpo.En el tramo final de carrera quedamos diez corredores, prácticamente los que van a disputar el podio. Lástima que no pueda estar yo en esa pelea. Sé que lo tengo nuy difícil en la clasificación general . Estar entre los tres primeros es una quimera. Como consuelo, estoy contento de haber recortado medio minuto con respecto al nuevo líder. Hemos entrado en la tercera semana de carrera y por mi por parte me encuentro mejor de lo que esperaba. Siento mucho y me da rabia lo que ocurrió en los Pirineos, que me dejó descolgado.
1 comentario:
Katon, Goukakyu no jutsu.
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