El ciclista de Pinto se ha vestido por primera vez de amarillo al termino de la decimoséptima etapa, disputada sin líder y el pelotón aligerado tras la exclusión de Rasmussen y el abandono en pleno del Cofidis francés. Contador se había hecho a la idea de luchar por la segunda plaza tras su derrota en el mano a mano con Rasmussen en el Aubisque, pero el K.O del danés ante la presión del Tour y del Rabobank le puso al madrileño al frente de la general sin necesidad de salir a la carretera, que es donde a él le hubiera gustado conquistar la prenda dorada.
Así, Contador partió de Pau con el maillot blanco de mejor joven, en un grupo sin corredor alguno que portara el maillot amarillo, hecho que no tenía precedentes desde 1991. Después del paseo de transición de 188 kilómetros llegó a Castelsarrasin. A las 17.33 horas (15.33 GMT) pasó al pomposo podio del Tour a recibir el jersey de líder.
El décimo español de la historia que lidera el Tour de Francia. El último fue hace apenas un año Óscar Pereiro, el gallego que sigue buscando su premio en la sala de espera de la Justicia. "Me hubiera gustado conseguir el maillot ganando a Rasmussen en el Aubisque, pero así son las cosas", dijo Contador, feliz con la efemérides, pero extraño por las circunstancias que rodearon a una jornada más rara todavía.
Un año inolvidable para Contador, pese a todo. Ganó la París-Niza, se estrenó en el Tour en la etapa de Plateau de Beille y pasó al mando de la general a tres días de París, a un fin de semana de lograr ese sueño que no se podía imaginar cuando estaba convaleciente hace apenas tres años de una enfermedad que casi le retira de la vida.
Antes de cantar victoria, Contador tiene una cita nada fácil con la cronometrada de 55 kilómetros del sábado. Duelo definitivo. Llegará, salvo sorpresa, con una ventaja de 1.53 sobre el australiano Cadel Evans (Predictor) y de 2.49 respecto a su compañero del Discovery Levy Leipheimer.
La etapa se saldó con un paseo para un pelotón reflexivo, desmotivado, algunos en la categoría de harto y sin ilusión, como Juan Antonio Flecha, compañero de Rasmussen en el Rabobank. Pero la excursión se la tomaron muy en serio ocho corredores que cabalgaron en solitario 180 kms, ajenos a historias raras.
Entre los ocho viajaba un italiano llamado Daniele Bennati, del equipo Lampre, de 26 años, muy dotado para el esprint y ex corredor del Phonak. El fue el encargado de levantar los brazos como vencedor de la etapa. De la etapa de aquel día, después de aquella noche. En la que Contador se despertó con el maillot blanco y se acostó con el amarillo.
El próximo capítulo, el decimoctavo, llevará a los supervivientes del Tour de Cahors a Angulema, con otro recorrido llano y prolongado, nada menos que 211 kilómetros de recorrido, ideal para las escapadas de los aventureros y el paseo de los favoritos.
Así, Contador partió de Pau con el maillot blanco de mejor joven, en un grupo sin corredor alguno que portara el maillot amarillo, hecho que no tenía precedentes desde 1991. Después del paseo de transición de 188 kilómetros llegó a Castelsarrasin. A las 17.33 horas (15.33 GMT) pasó al pomposo podio del Tour a recibir el jersey de líder.
El décimo español de la historia que lidera el Tour de Francia. El último fue hace apenas un año Óscar Pereiro, el gallego que sigue buscando su premio en la sala de espera de la Justicia. "Me hubiera gustado conseguir el maillot ganando a Rasmussen en el Aubisque, pero así son las cosas", dijo Contador, feliz con la efemérides, pero extraño por las circunstancias que rodearon a una jornada más rara todavía.
Un año inolvidable para Contador, pese a todo. Ganó la París-Niza, se estrenó en el Tour en la etapa de Plateau de Beille y pasó al mando de la general a tres días de París, a un fin de semana de lograr ese sueño que no se podía imaginar cuando estaba convaleciente hace apenas tres años de una enfermedad que casi le retira de la vida.
Antes de cantar victoria, Contador tiene una cita nada fácil con la cronometrada de 55 kilómetros del sábado. Duelo definitivo. Llegará, salvo sorpresa, con una ventaja de 1.53 sobre el australiano Cadel Evans (Predictor) y de 2.49 respecto a su compañero del Discovery Levy Leipheimer.
La etapa se saldó con un paseo para un pelotón reflexivo, desmotivado, algunos en la categoría de harto y sin ilusión, como Juan Antonio Flecha, compañero de Rasmussen en el Rabobank. Pero la excursión se la tomaron muy en serio ocho corredores que cabalgaron en solitario 180 kms, ajenos a historias raras.
Entre los ocho viajaba un italiano llamado Daniele Bennati, del equipo Lampre, de 26 años, muy dotado para el esprint y ex corredor del Phonak. El fue el encargado de levantar los brazos como vencedor de la etapa. De la etapa de aquel día, después de aquella noche. En la que Contador se despertó con el maillot blanco y se acostó con el amarillo.
El próximo capítulo, el decimoctavo, llevará a los supervivientes del Tour de Cahors a Angulema, con otro recorrido llano y prolongado, nada menos que 211 kilómetros de recorrido, ideal para las escapadas de los aventureros y el paseo de los favoritos.
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