Me llevé un buen susto, aunque creo que se lo llevaron todos. Rodaba en el centro del pelotón que ocupaba todo el ancho de la calzada y bien arropado. Íbamos a una la velocidad que rozaba los cincuenta y cinco kilómetros por hora y hablaba con Arrieta. De golpe se produjo un porrazo y la bicicleta saltó por delante y luego de atrás. Caí del lado derecho, ya que no pude reaccionar. Ocurrió que pillé uno de los reflectantes que hay en el suelo de la carretera, que no pude ver por que Íbamos todos juntos.
Al verme con sangre, no mucha, me asusté ya que la caída fue muy aparatosa. Me levanté enseguida moviendo el brazo y el hombro derecho, ya que hace dos años me fracturé la clavícula, cuando corría mi segundo Tour, y tuve que abandonar.
Ver que tenía movilidad era buena señal. El médico de carrerame atendió enseguida y mis compañeros me llevaron otra vez al pelotón. Triki Beltrán y Arrieta me dijeron que la bici había volado por encima.
Voy bastante magullado y ahora mismo es el gemelo lo que más me preocupa. Me estoy poniendo hielo para bajar la inflamación y seguro que mañana [por hoy] me levantaré con agujetas. Me ha venido a la memoria la caída que también sufrí en la Vuelta a España, precisamente en la etapa que finalizaba en Caravaca de la Cruz.
Al terminar la etapa de ayer me enseñaron la rueda averiada. Tiene un agujero de cinco centímetros en el tubular y está toda reventada.
Me encuentro bastante bien y espero que esta primera etapa de montaña [la de hoy], favorable a mis características, sirva para que esté delante.
Queda mucho Tour y si sin caídas ya se hace duro, imagínense tras un golpe como el que me llevé ayer.
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