La escapada de estos tres corredores, unidos al italiano Paolo Longo, fue digna de admirar. Decidieron fugarse nada más comenzar una etapa de 208 kilómetros y, aunque se pensaba que con el tiempo serían cazados, supieron trabajar con fuerza y compañerismo para llegar a la meta. A ello ayudó también el pasotismo de un pelotón confiado en que les cogerían y que permitió hasta 15 minutos de ventaja.
No obstante, el viento y las caídas (una a 25 kilómetros de meta propició el abandono de Ángel Gómez) provocaron un corte cuando más tiraba el pelotón y que mermó sus fuerzas para coger a los fugados. Partido en dos, el gran grupo inició una doble lucha: por delante, el grupo del líder Valverde por dar caza a la cabeza de carrera y, por detrás, el de Menchov, Ricco y compañía, por no perder distancia con los mejores.
Al final, ni el primero cogió a los cuatro escapados (llegó a 2:09 de Dumoulin) ni el segundo se unió con el predecesor (entró medio minuto más tarde). Todo ello antes de la primera gran cita de este Tour: la contrarreloj de 29,5 kilómetros con salida y llegada en Cholet, un recorrido con muchos toboganes que no deben impedir un triunfo de un especialista.
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