
Fueron los años más duros en la vida de Valverde, donde todos los focos estaban puestos sobre su figura, donde era el corredor más controlado por las agencias antidopaje pero también donde el ciclista seguía sumando éxitos a su palmarés. Demostraba así que no necesitaba de suplementos dopantes algunos ya que fue mejorando su rendimiento con el paso de los años.