sábado, 19 de julio de 2008

Reacciones de los corredores antes de los Alpes

Dice Eusebio Unzúe, director del Caisse d'Epargne, que en la subida a Prato Nevoso, este domingo, se comprobará a qué pueden aspirar sus líderes, derrotados ampliamente en Hautacam. "Dependiendo de lo que pase, veremos si vamos por las etapas o podemos volver a pensar en la general".

"Nuestro equipo venía a aspirar a más cosas, al podio o cerca de él, pero ahora estamos lejos. Esto no es definitivo, vamos a esperar a mañana pero nuestras dos victoria no tienen que privarnos de intentarlo cada día", valoró el director de Alejandro Valverde y Óscar Pereiro.

Alejandro Valverde (ESP/Caisse D'Epargne): "Me alegra mucho la victoria de Freire, se lo merece. Yo estaba bien colocado para el sprint, pero se producían muchos bandazos y preferí no arriesgar. La llegada era lisa, pero íbamos todos ya muy castigados. El italiano Pozzato y su equipo, el Liquigas, decidieron que no hubiese fuga y se encargaron de anularla. Para la etapa de mañana tengo buenas sensaciones y vamos a ver si puedo estar con los mejores. Al menos espero estar mejor que en Pirineos".

Óscar Pereiro (ESP/Caisse D'Epargne): "Tenemos ilusión por las próximas etapas y, si es posible, en los Alpes volveremos a la carga. Personalmente lo voy a intentar, tengo ganas de recuperar terreno, ya que la etapa de Hautacam fue un poco frustrante.

Carlos Sastre (ESP/CSC): "Ha sido un día bonito con el triunfo de Óscar Freire. Por lo demás, bastante duro por el ritmo elevado y el calor, que se ha notado mucho. Mañana llega un día importante y nosotros vamos a jugar la baza de Frank Schleck, que está segundo en la general. Trataremos de buscar una buena situación de carrera y luego tomaremos decisiones. Creo que la etapa se decidirá en la última subida".

Cadel Evans (AUS/Silence, líder): "En mi equipo Popovych cada día va mejor y me podrá ayudar en la montaña, pero soy yo quien tiene que asumir las responsabilidades. El CSC es el único que tiene dos escaladores bien situados, es el que tiene que mover ficha. Yo tengo que utilizar mi cabeza tanto como las piernas.

Samuel Sánchez (ESP/Euskaltel): "Ha sido un día con mucho calor, hemos ido continuamente bebiendo. A ver que nos deparan las jornadas alpinas y si tenemos suerte. Mañana hay que subir con los de delante. Siempre dicen que gano etapas bajando, pero para eso hay que estar arriba subiendo y si lo logro será buena señal".

Amets Txurruka (ESP/Euskaltel): "Éramos muchos en la escapada y difícil que el pelotón la permitiera. Se han ido unos pocos y no he podido meterme. Lo intentamos todos los días y no tenemos suerte, todavía hay terreno por delante".

Haimar Zubeldia (ESP/Euskaltel): "A ver si nos recuperamos, porque la etapa se puede acusar mañana. Hemos ido muy rápido y ha hecho calor. A ver si tenemos el buen día y encontramos el golpe de pedal".

¡¡Freire gana al sprint!! Nuevo objetivo: maillot verde

El ciclista español Óscar Freire (Rabobank) se hizo con la victoria en la decimocuarta etapa del Tour de Francia, en la que se impuso al sprint al colombiano Leonardo Duque (Cofidis) y al alemán Erik Zabel (Milram) después de los 194,5 kilómetros que completaron los corredores entre las localidades francesas de Nimes y Digne-Les-Bains.
El col de L''Orme, alto de cuarta categoría situado a diez kilómetros de la meta, fue un duro enemigo para Mark Cavendish (Columbia), que no pudo con el fuerte ritmo de los ataques que se produjeron en el ascenso y terminó descolgado, por lo que no pudo optar a su quinto triunfo parcial.
Y es que a pesar de no tener compañeros para colocarle en el sprint y casi encerrado, el cántabro volvió a buscarse sus opciones él sólo para lograr su cuarta victoria en el Tour de Francia, donde no ganaba desde la etapa que terminó en Dax el 11 de julio de 2006, en la que fue su segunda victoria en la edición de ese año.
La gran escapada de 21 corredores que se formó cuando no se habían cubierto los primeros 15 kilómetros de la jornada fue el trampolín del que saltaron José Iván Gutiérrez (GCE), William Bonnet (Credit Agricole), Bram Tankink (Rabobank) y Sandy Casar (Francaise Des Jeux) después de que los equipos que no tenían corredores en fuga no permitiesen un grupo tan numeroso.
La tranquilidad volvió al gran grupo cuando paulatinamente fueron atrapados el grueso de corredores de la fuga y el cuarteto tuvo una ventaja cercana a los siete minutos en el kilómetro noventa de la etapa hasta que el Milram y, sobre todo, el Liquigas precipitaron la disminución de la diferencia con el esfuerzo de sus ciclistas y cuando habían pasado cincuenta kilómetros el pelotón solo concedía poco más de un minuto a los escapados.
El español Gutiérrez demarró a sus rivales para marcharse en solitario, pero sólo consiguió alargar la agonía de una escapada que terminó cuando el estirado pelotón dio caza al cántabro en las primeras estribaciones del Col de L''Orme, puerto de cuarta categoría situado a diez kilómetros de la meta de Digne-Les-Bains.
Cavendish quedó descartado en el puerto de cuarta categoría
A pesar de la multitud de ataques que se produjeron, en los que se involucraron incluso ciclistas de los puestos cabeceros, la amplia carretera impidió sorpresas en el alto. Pero propició que el pelotón enfilase a un ritmo frenético la subida y que el grupo se redujese de tal manera que sólo pasaron por el alto unos 70 ciclistas, entre los que no se encontraba el gran dominador de las llegadas masivas del Tour, el británico Mark Cavendish.
Sin el habitual dominio del Columbia en los puestos cabeceros, el Milram tomó el mando de las operaciones para llevar en volandas a Zabel hasta la línea de meta, pero Freire, habituado a no tener compañeros en los que refugiarse, volvió a ser el más listo y, enfundado en un maillot verde que intentará pelear para convertirse en el primer español en lograrlo, alzó los brazos para conseguir en la meta de Digne-Les-Bains su cuarta etapa en la ronda gala.
Mañana, los ciclistas partirán desde Embrun y se adentrarán en Italia al coronar el alto de Agnell (2744 metros) antes de dirigirse hacia la estación de esquí de Prato Nevoso (1440 metros), lugar en el que finalizarán la etapa después de superar doce kilómetros al 6,9 por ciento de desnivel en los que los favoritos deben moverse si quieren desbancar a Evans de lo más alto de la general. +4:18"

viernes, 18 de julio de 2008

Valverde gana en Super-Besse indirectamente

A la espera de que se confirme el positivo del italiano Ricardo Riccó es más que probable que le sean estirpadas sus dos etapas obtenidas recientemente en este Tour tras el control de la crono de Cholet. Por tanto, si así lo desean las autoridades de la prueba francesa, sus victorias de etapa pasarán a manos de Alejandro Valverde, en Super-Besse, y Vladimir Efimkin, en Bagneres de Bigorre.

Así, el ruso, ex-corredor del Caisse d'Epargne, consigue su primera victoria en el Tour de Francia tras intentarlo insistentemente en varias ocasiones. Por su parte, el murciano consigue su tercera victoria en la ronda gala así como su segunda en la presente edición. Sin embargo, no se conformará con estos logros y buscará más protagonismo en carrera, y si no puede luchar por el podio peleará por otra etapa.

Por mi parte no tengo nada que decir sobre el caso Riccó ni los de Beltrán y Dueñas ya que me sigo quedando perplejo con estos asuntos. Todo el mundo está intentando mejorar la situación del ciclismo y algunos se dedican a destrozar la parte reconstruida. Parece que esto va para largo ya que aún quedan ciclistas sospechosos en el pelotón más todos los que ya se han ido o abandonado voluntariamente. Además, el Tour está continuando con su numerito de jugar a atrapar a los malos y quedar como los buenos cuando no hacen más que crear más eco al asunto. Estos casos aislados deberían de quedar en el olvido y no insistir tanto en ellos ya que los patrocinadores rehuyen este tipo de situaciones.

Nunca estuve a favor del conjunto Saunier-Duval y muchos menos de Ricardo quienes nunca fueron de mi agrado tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo así que esta noticia no me ha sorprendido tanto como la de Beltrán o la de Dueñas. Sin duda, no me esperaba esto de dos ciclistas españoles y menos del Triki, al que he seguido su carrera deportiva en estos últimos años. Es un gran tío y no termino de creerme esto aún, pero la realidad es la realidad.

El caso es que estos positivos no solucionan mucho en este deporte ya que se trata de corredores de tres generaciones distintas y en los que se depositaban serias esperanzas en el Tour en sus respectivos equipos. Ojalá acabemos ya con esta cruz que nos persigue.

El sprint es cosa de Cavendish


El sprint es monopolio de un británico de 22 años llamado Mark Cavendish, del equipo Columbia, quien se llevó el cuarto triunfo en la décimo tercera etapa disputada entre Narbona y Nimes, de 182 kilómetros, en la que el australiano Cadel Evans (Silence) se mantuvo al frente de la general.No hay manera de batir a Cavendish al esprint. Otra vez se mostró implacable a alta velocidad. Sus arranques a 200 metros de meta son fulminantes, por lo que reduce el aliciente de la etapa a ver quien es segundo, en este caso el veterano australiano Robie McEwen (Silence), que volvió a asomar la cabeza entre los mejores. La tercera plaza para el francés Romain Feillu (Agritubel).Oscar Freire (Rabobank), triple campeón del mundo, volvió a lucir el maillot verde de la regularidad en la proa del pelotón y llegó quinto, al menos por delante del noruego Thor Hushovd (Credit), que es su gran rival en dicha clasificación. La etapa se disputó a una media de 41 kms/hora y el tiempo del vencedor fue de 4.25.42.Otra jornada de transición en medio de ambiente inevitablemente enrarecido por los últimos casos de dopaje y sus efectos colaterales. El pelotón comenta lo que ocurre fuera de carrera y los corredores son sensible a posibles consecuencias para su futuro. La posible retirada de Saunier Duval como mecenas del equipo español asusta. "Tengo miedo de que se acabe este deporte con todo lo que me ha costado llegar hasta aquí", resumió el español Carlos Barredo, del Quick Step.Un viaje por tierras mediterráneas camino de Los Alpes, donde la carrera recuperará la batalla entre los favoritos. Un plácido trayecto bajo un sol abrasador que no alteró la clasificación general. El australiano Cadel Evans tachó otra fecha del calendario, con el luxemburgués pisándole los talones a un segundo y el estadounidense Christian Vandevelde en el tercer escalón provisional del podio, a 38 segundos. Carlos Sastre figura como primer español, sexto a 1.28 y Mikel Astarloza (Euskaltel) está dentro del top ten, noveno.Apenas inaugurada la etapa y mientras la mayoría de los 158 supervivientes del Tour estaban dándose los buenos días o comentando las últimas "jugadas" de la carrera, se lanzaron a la aventura el holandés Niki Terpstra (Milram) y el francés Florent Brard (Cofidis).Escapada ideal para que los diversos intereses quedaran a resguardo, con dos modestos corredores que vieron como en el kilómetro 20 ya contaban con un adelanto de 9.25. Nada preocupante porque en cuanto el Columbia, Liquigas y Silence decidieron animar el ritmo enseguida empezó a reducirse el retraso.Aún intentó Terpstra la hazaña en solitario, pero los esprinters no regalan las escasas oportunidades que les queda, así que primero Brard y luego el holandés fueron atrapados por la marabunta, unida y compacta a 10 kms de meta.Ya en la recta de meta, Cavendish se transformó en el hombre bala. McEwen tomó posiciones como no se le había visto en todo el Tour, pero apareció por el centro el chaval de la Isla de Man, poderoso, para obtener la cuarta victoria del Tour y la undécima de la temporada. Y aún le sobró media bicicleta para levantar los brazos en campeón. Como lo que es.Mañana se disputa la décimo cuarta etapa del Tour entre Nimes y Digne les Bains, de 194,5 kilómetros, con la segunda mitad de perfil ondulado, propicio para aventuras.

miércoles, 16 de julio de 2008

Arvesen gana y Pereiro intenta sorprender de lejos

El noruego Kurt Asle Arvesen, del CSC, se anotó en un reducido esprint de tres corredores la undécima etapa del Tour de Francia disputada entre Lannemezan y Foix, de 167,5 kilómetros, marcada por un nuevo escándalo de dopaje protagonizado por el español Moisés Dueñas (Barloworld) y por la desidia del pelotón, que llegó a meta a más de 14 minutos del ganador.El campeón de noruega, de 33 años y uno de los mejores ayudantes de Carlos Sastre en el llano, ganó el pulso al suizo Martin Elmiger (Ag2r) y al italiano Alessandro Ballan (Lampre), que dieron tiempo al grupo de 12 escapados que animaron la somnolienta etapa de transición. El nórdico marcó un registro de 3h.58.13, a una media de 42,1 kms/hora. Su primera victoria en el Tour en 10 años de profesional.El pelotón, sin prisa, a ritmo de cicloturismo, se presentó bajó un sol de justicia a 14.51, con el noruego Thor Hushovd a la cabeza y Freire en las primeras plazas del esprint secundario con su flamante maillot verde.La general no se inmutó, no se espera que lo haga hasta los Alpes, salvo sorpresa, ya que el Tour entra en zona plana, de esprinters. Cadel Evans mantuvo el maillot amarillo sin agobio alguno. Si acaso, el de soportar el calor. Le sigue el luxemburgués Frank Schleck (CSC) a un segundo y tercero es el estadounidense Christian Vandevelde (Garmin). Menchov es quinto a 57 segundos y Sastre el primer español a 1.28.El Tour abandonó los Pirineos inmerso en los comentarios del positivo del español Moisés Dueñas por EPO, lo que aligeró el pelotón con el segundo español envuelto en escándalo. De nuevo la vergüenza de los registros policiales, los interrogatorios y los comunicados para condenar "a los tramposos", como gusta llamar la organización a los infractores del dopaje.Otro día negro para el ciclismo, sobre todo para el equipo Barloworld, que perdió tres corredores de una tacada. En carrera se retiraron el colombiano Félix Cárdenas y el italiano Paolo Longo.Pero el Tour siguió su ruta, camino de Foix. Tranquilidad en el pelotón después de las etapas pirenaicas y de la jornada de reposo. De ahí que algunos disconformes tomaran la iniciativa para romper el orden. Fueron una docena de corredores, entre ellos un hombre de Sastre, el veterano Arvesen, y otro del Rabobank de Menchov, el belga Moerenhout. También se metió el francés Moinard (Cofidis), un anónimo corredor que pasó a la pequeña historia del Tour al ser el primero en coronar el puerto inédito del Portel, la principal dificultad del trayecto.Moinard abandonó el grupo de escapados para pasar con 1.50 minutos sobre sus perseguidores. Mientras, en el grupo de la alta jerarquía, Oscar Pereiro salió disparado en busca de enlazar con la cabeza. Ataque lejano, una apuesta arriesgada por lo lejano del objetivo, pero el gallego ya dijo que quería que sonara su nombre, y al menos, lo intentó. El gran grupo le absorbió a 6 kilómetros de meta.También fue neutralizado Moinard, de manera que los componentes de la fuga inaugural de esta intrascendente etapa se disputaron la victoria. Tras unos cuantos tirones y alternativas, Arvesen, Elmiger y Ballan se proyectaron en la recta de llegada en busca de la gloria.Miradas, unas cuantas eses y ataque final del noruego Arvesen, el noruego que le privó a Freire del titulo mundial en el 97 cuando eran aficionados. Ganó con autoridad y por experiencia. Mañana se disputa la duodécima etapa entre Lavelanet y Narbona,de 168 kilómetros, con un perfil ondulado que no debería impedir una llegada al esprint.

martes, 15 de julio de 2008

Día cruzado para Caisse d' Epargne y Euskaltel, dorado para Saunier, CSC y Evans

El italiano Leonardo Piepoli, del Saunier Duval, prolongó la fiesta de su equipo con la conquista de la cima del Hautacam, en la etapa reina de los Pirineos que terminó con el australiano Cadel Evans vestido con el maillot amarillo y la eliminación de los españoles Alejandro Valverde y Oscar Pereiro, hundidos en una jornada nefasta para el Caisse D'Epargne. Después de la lección de Riccó en la jornada anterior, se cumplió el deseo de "la cobra" de que ganara Piepoli en Hautacam, en la décima etapa que cubrió 156 kilómetros desde la salida en Pau. Ganó su compatriota en compañía de Juan José Cobo, otro hombre del Saunier Duval que remató el festival amarillo de los hombres de Josean Fernández Matxín.Piepoli y Cobo cubrieron juntos los últimos kilómetros del ascenso, sin admitir compañía alguna, y llegaron a meta con un tiempo de 4h.19.27. El luxemburgués Frank Schleck, del CSC, cruzó tercero a 28 segundos. El austríaco Kohl (Gerolsteiner) llegó cuarto a 1.06 y el primer grupo de favoritos con Evans, Sastre, Riccó, Menchov y Vandevelde a 2.17, con Evans nuevo líder por un solo segundo.La masacra afectó, y de qué manera, a Kim Kirchen, que cedió 4.19 y se despidió del sueño del maillot amarillo, pero la factura fue más dolorosa para Alejandro Valverde, que se dejó cualquier posibilidad de podio con un retraso en meta de 5.50, pero peor le fue a Oscar Pereiro, a 7.02. Dos bazas relegados a luchar por etapas en un día y dos puertos.Cadel Evans tomó el mando en la general y confirmó su condición de favorito. Sin brillo alguno, el jefe de filas del Silence subió al podio a recoger entre lágrimas el maillot amarillo. El quinto australiano líder en la historia del Tour y el primero desde 2004, cuando lo vistió Robbie McEwen.El vuelco en la general colocó a 5 corredores en el margen de un minuto. Segundo es Frank Schleck a 1 segundo, tercero el estadounidense Christian Vandevelde (Garmin) a 38 segundos, cuarto se metió el austríaco Kohl a 46 y quinto el ruso Denis Menchov, el ganador de la Vuelta, a 57.Carlos Sastre, sexto, es el primer español de la general a 1.28, mientras que Juan José Cobo se alzó a la octava plaza a 2.10 y Mikel Astarloza (Euskaltel) es undécimo a 3.51. Un nuevo decorado en el que se metió también Ricardo Riccó, noveno a 2.29 y mucha montaña en los Alpes por delante.Una etapa que desplegó mucha estrategia desde los primeros kilómetros, en un escenario pirenaico de postín. Era la etapa del Tourmalet y del Hautacam, mitos de la carrera, en el primer cuerpo a cuerpo serio entre los favoritos, el que arrojaría las primeras conclusiones cara al futuro.Un marsellés de 22 años, Remy di Gregorio (Francaise), considerado el nuevo Virenque del ciclismo francés, tuvo el honor de coronar en cabeza la cumbre del Tourmalet (categoría especial, 17,7 kms al 7,5 por ciento). Uno de los componentes de la escapada inicial, en la que entraron nombre ilustres como los de Oscar Freire y Fabian Cancellara, un grupo que se redujo a seis corredores en las primeras rampas del legendario puerto pirenaico, donde la leyenda es aún mayor que la dureza de sus pendientes.En tan distinguido escenario desplegó la lección táctica el CSC de Sastre. El danés Sorensen y el alemán Voigt se encargaron de seleccionar el grupo de la alta jerarquía y de hacer sufrir a Valverde, que acabó cediendo en la cumbre 50 segundos en compañía de Pereiro. Dos pájaros de un tiro, toda una jugada maestra con dos de los favoritos a punto de despedirse.El botín fue en aumento en los 25 kilómetros que conducían hasta la falda del Hautacam. Valverde y Pereiro se vieron obligados a perseguir a más de un minuto. Entonces el CSC se puso en manos de "Espartaco" Cancellara, una locomotora para volar en busca de la última y definitiva dificultad. Un relevo premeditado en la estrategia del cuadro danés, que afrontaría el coloso pirenaico que conquistó Javier Otxoa en 2000 por delante de Armstrong con 3 corredores de postín, por otros 3 del Saunier, con el jefe Riccó, su amigo Piepoli y el cántabro Juanjo Cobo.El duelo no se hizo esperar. Los ataques de Cobo y Schleck seleccionaron al grupo que se iba a disputar la etapa. Ambos corredores y Piepoli terminaron por ponerse en cabeza a 6 kilómetros de la cima de Hautacam. Dos contra uno, los tres muy por encima del grupo perseguidor con Evans, Sastre, Menchov, Riccó, Kohl, Efimkin y Moisés Dueñas, el bravo corredor español del Barloworld. Kirchen ya no era el líder y Valverde, solo, iba pasando las de Caín.Cobo y Piepoli, el más veterano del equipo con 36 años, uno de los mejores escaladores del mundo, despidieron a Schleck a 2.500 metros de meta, para no aparecer más ante su vista. Empezó el festival del Saunier, otro más, implacable grupo en la montaña.Era cuestión de decidir quién ganaba. Primó los galones de un corredor que logró el sueño de su vida en el último tramo de una carrera profesional que inició en 1995. "Leo" ya tiene triunfos en Vuelta, Giro y Tour. El cántabro Cobo seguirá "pensando en la general". Y quedan los Alpes. A ver cuál es el próximo antojo de Riccó.El Tour de Francia disfrutará mañana de su primera jornada de descanso en Pau, antes de afrontar etapas llanas, de transición, que darán paso a los Alpes.

lunes, 14 de julio de 2008

Valverde pasa la primera etapa dura bien

Esta primera etapa de montaña en los Pirineos ha salido bastante bien y no sólo para mí, sino también para el resto del equipo. Se han mantenido las mismas diferencias de tiempo respecto a la clasificación general ya que donde sabemos que hoy se producirán cambios con ese final en alto en Hautacan.

Hubo un momento en el transcurso de la etapa de ayer en el que quizá alguien pudo sorprenderse al ver que no estaba en los primeros puestos del grupo principal. Todo tiene su explicación. No tuve ningún desvanecimiento, simplemente me quedé unos instantes un poco frio bajando el puerto de primera antes del Aspin y para nada me he puesto nervioso.

Cuando te quedas frío, no es que estés débil es que te cuesta más trabajo subir el pulso al estar el músculo frío, pero enseguida he vuelto a coger buena temperatura y sin problemas.

El estar en la parte de atrás del grupo estaba motivado por eso. Además también se encontraban allí Menchov y Satre. Fui poco a poco remontando hasta llegar a la cabeza. Una vez en ella mi equipo comenzó a tirar, marcando un buen ritmo.

En cuanto a reclamar la presencia del médico en carrera, sólo fue para que me pusiera hielo en el gemelo al tenerlo inflamado un poco, pero no hubo nada más.

Por otra parte, ayer Cadel Evans sufrió una caída; estaba un poco más adelantado que yo en el grupo y la vi perfectamente . Y es que la velocidad a la que rodamos es alta. Casi sesenta y cinco por hora en muchos tramos. Las caídas es la parte más negativa que tiene este deporte. Unas veces le toca a uno y otras, a otro. Es rara la etapa en la que no se produce alguna y, como recordarán, yo mismo la sufrí hace unos días.

No olvidemos que ya hemos cubierto la primera semana de carrera y las fuerzas van disminuyendo lentamente. En la etapa de ayer, con todos esos puertos, venga a subir y bajar, y rodando en muchos casos a velocidades bastantes altas, ¿qué se puede esperar? Vuelvo a repetir que esto es el Tour y su grandeza brilla en cada jornada. Todo depende del trazado y del discurrir de la etapa.

Riccó es imprevisible; está demostrando que está muy bien y ayer fue el más fuerte. Atacó, abrió hueco y ganó una gran etapa.

domingo, 13 de julio de 2008

"La Cobra" aprieta a sus presas

El italiano Riccardo Riccó (La Cobra), se mostró intratable en la primera cita pirenaica y se adjudicó en solitario y después de una descomunal lección originada en el Aspin la novena etapa disputada entre Toulouse y Bagneres de Bigorre, de 224 kilómetros, en la que se volvió a meter en la general, la cual sigue liderada por el luxemburgués Kim Kirchem, del Columbia.

"La cobra" se disfrazó de su gran ídolo, su compatriota Marco Pantani, y reventó la etapa en el ascenso del Aspin con un arranque sin parangón desde los tiempos del "Pirata" o de Lance Armstrong, una explosión que mantuvo en el descenso hasta Bagneres de Bigorre, donde se presentó en campeón, espectacular, con un tiempo de 5h.39.28, con la firma puesta en su segunda etapa de la presente edición, después de que conquistara Super Besse, por delante de Valverde.

A sus 24 años se confirmó como uno de los corredores del futuro y metió miedo a sus rivales, que no pudieron aguantar el chaparrón de poderío del ciclista de Formigine (Módena). "Subiendo es espectacular y puede mantener la forma", decía en meta Eusebio Unzue, director del Caisse D'Epargne En meta aventajó en 1.04 al ruso Vladimir Efimkin (Ag2r) y en 1.17 al grupo de Evans, Valverde, Menchov, Sastre y del líder Kim Kirchen.

El luxemburgués mantuvo el jersey amarillo. El australiano Cadel Evans le sigue a 6 segundos y tercero es el estadounidense Christian Vandevelde a 44. El ruso Denis Menchov mantuvo la quinta plaza a 1.03 y Alejandro Valverde la sexta a 1.12. Dentro del top ten están Oscar Pereiro, octavo a 1.21, Samuel Sánchez noveno a 1.27 y Carlos Sastre décimo a 1.34

La primera cita pirenaica sirvió para recuperar el espectáculo con las habilidades de Riccó en la escalada, lo que intimidó a los favoritos, que no se pusieron de acuerdo para reducir la fuga del italiano. Salvaron el día sin desastre alguno, pero en el Hautacam se teme otra demostración de "la cobra", segundo en el pasado Giro.

El primer puerto ilustre, el Peyresourde, ya escalado en la primera etapa de montaña del Tour en 1910, junto al Aspin, tuvo como principal novedad la caída de Cadel Evans justo al comienzo de la cuesta. Susto tremendo para el favorito número uno, quien que perdió la edición de 2007 en este escenario, según comentó. Heridas de "chapa y pintura" que le obligaron a visitar al médico, pero pudo seguir el plácido ascenso al ritmo que marcaba el Euskaltel, con todos los gallos bien atentos en las primeras posiciones.

El alemán Sebastian Lang (Gerolsteoiner), tuvo el honor de pasar al frente por el Peyresourde (1a, 13,3 kms al 7,1 por ciento), destacado por delante del bielorruso del Liquigas Kuschynski. A 3.40 minutos cruzó el francés Nicolas Jalabert y a 4.50 David de la Fuente, con su flamante maillot de puntos. El grupo de favoritos, muy numeroso, lo hizo a 5.30 encabezado por Luis León Sánchez. Ninguna maniobra ofensiva entre los ilustres, ni un tirón incómodo para nadie.

Del Peyresourde al Aspin, de la noche al día. Cambio radical en la película de la etapa. "La cobra" Riccó tanteó al personal a 6 kilómetros de la cima y frenó, luego le imitó Pereiro y el suizo Kreuziger. Fuegos de artificio en el grupo de la jerarquía. Dos kilómetros más tarde de nuevo el italiano del Saunier entró en escena y comenzó la función.

Riccó desempolvó entonces el espíritu de Marco Pantani, su gran ídolo. Un ataque fulminante, innegociable, que dejó plantados a todos los favoritos, y se marchó en busca de la cima, disparado, intratable. Un baile armonioso encima de la bicicleta, como una cobra encantada al toque de la música, una levitación que le permitió adelantar a todos los grupos intermedios y rebasar a Lang, que aguantaba solo en cabeza.

El italiano pasó al alemán como un tiro y culminó solo, con el grupo del maillot amarillo Kim Kirchen, Valverde, Menchov, Evans, Sastre y compañía a 1.18. La maniobra del discípulo de Matxín obligó a trabajar a destajo al Caisse D'Epargne, con Luis León Sánchez en su mejor faceta de rodador, como cuando ganó en Aurillac.

Por delante un descenso de 26 kilómetros en picado hasta Bagneres de Bigorre, localidad donde ganó el abulense Julio Jiménez en 1965. Todos contra uno, y Riccó contra todos, un joven que, posiblemente, sea el mejor escalador del mundo junto a Alberto Contador. Y Riccó tan tranquilo, fiel a su filosofía de descaro y osadía.

La joya del ciclismo italiano, que sueña con ganar en Alpe D'Huez, terminó la lección y se llevó la matricula de honor. Un corredor convencido de que es el mejor, de carácter retador, un líder fuera de la carretera. "Riccó es Riccó y le quieres o le odias", dice su director, Josean Fernández Matxín. Pantani tuvo un homenaje, su recuerdo se presentó en el Tour, algunos años después. Mañana se disputa la etapa reina pirenaica, la décima del Tour entre Pau y Hautacam, de 154 kms, con final en el alto que conquistó Javier Otxoa en 2000. Antes de afrontar los 14,2 kilómetros hasta la cima de dicho puerto, el mítico Tourmalet servirá de aperitivo, con su interminable ascenso de 17,7 kms al 7,5 por ciento.

Arrasa Columbia en el sprint

El británico Mark Cavendish repitió la gesta lograda hace apenas tres días en la meta de Chateauroux y logró su segundo triunfo en la ronda gala en una nueva llegada al sprint que tuvo como escenario la ciudad de Toulouse y en la que a Óscar Freire, la mayor baza española en la volata, le fallaron las fuerzas en los últimos metros y tuvo que conformarse con ser cuarto en la línea de meta.

En la última cita para los velocistas antes de los Pirineos, la general no sufrió cambios significativos y el luxemburgués Kim Kirchen, compañero precisamente de Cavendish en el Team Columbia, seguirá vistiendo de amarillo en la primera etapa de alta montaña que se disputará este domingo entre Toulouse y Bagnères-de-Bigorre.

Pero antes de la importante cita con los Pirineos y con el mítico Hautacam -final de etapa del próximo lunes-, el pelotón era consciente de que aún tenía que superar el escollo de los 173 kilómetros que separaban Figeac de Toulouse en una octava jornada de competición que se presentaba arriesgada dado que la lluvia, que acompañó a los ciclistas durante prácticamente todo el día, complicó notablemente la situación de carrera.

Txurruka, en la fuga del día

La etapa arrancó con una fuga de diez corredores en el kilómetros 15, y tras un primer intento de carrera en solitario del francés Laurant Lefevre, no tardó en formarse un grupo de cuatro escapados que estuvo en cabeza casi toda la jornada. El español Amets Txurruka, del Euskaltel, saltó junto a los galos Pineau y Riblon a la caza del corredor del Bouygues Telecom, con el que comandaron la carrera durante más de 150 kilómetros.

Ninguno de los escapados había ganado una etapa en el Tour, lo que provocó que los cuatro apuraran lo máximo posible su fuga en busca de la victoria final. Pero los equipos de los sprinters tenían muy claro que la llegada de Toulouse era la última oportunidad que cabía para la volata antes de la toma de contacto con los Pirineos y no iban a permitir que los fugados llevaran adelante su objetivo de hacerse con la victoria.

El equipo del noruego Thor Hushovd, el Credit Agricole, empezó a tirar del pelotón a falta de 60 kilómetros. Junto con el Rabobank, impuso un ritmo fuerte de carrera para echar abajo los más de cinco minutos de ventaja con los que llegaron a contar los escapados mientras el resto se preocupaba de no caerse.

El italiano Ricardo Ricco, del Saunier Duval, pagó precisamente las consecuencias de la lluvia y el mal estado de la carretera en una caída sin consecuencias tras la que tuvo que ser ayudado por tres compañeros para reincoporarse al grupo principal.

Tras una fuga intermedia del holandés Niki Terpstra, del Milram, los cuatro de cabeza vieron 'las orejas al lobo' y lo dieron todo para intentar salvar la escapada, que apenas contaba ya con un minuto de diferencia con respecto al pelotón.

Mientras el Liquigas forzaba la máquina en el grupeto principal para neutralizar la fuga, Txurruka tensó la cuerda en cabeza y se distanció de Riblon y Lefèvre, quedándose sólo al frente de la carrrea junto a Pineau. Pero de poco iban a servir sus últimos esfuerzos. A falta de cuatro kilómetros para el final los dos corredores eran neutralziados y comenzó a vivirse una auténtica lucha en el pelotón por coger posiciones cara al sprint de meta.

Óscar Freire, encerrado en un principio en el grupo principal, logró progresar por la derecha hasta alcanzar una privilegiada cuarta posición que le permitiera luchar por el triunfo. Pero el español acusó el esfuerzo y le faltaron las fuerzas en los últimos metros ante el derroche de fuerza física que una vez más demostró el británico Cavendish.

¡¡¡Luis León gana en Aurillac!!!

Luis León Sánchez hizo posible en Aurillac la segunda victoria de etapa de un español en el presente Tour. El murciano cruzó el primero la línea de meta tras una exhibición de poderío, desgaste y valentía. Estuvo escapado algo más de 50 kilómetros en la fuga del día, fue neutralizado y se atrevió a saltar en los últimos kilómetros, ya después de dejar atrás el Saint Jean de Donne, último puerto de la película.

El gran trabajo del Caisse d'Epargne fue digno de destacar, con Pereiro como referencia en la maquinaria. En la general no hubo cambios de importancia. Kirchen sigue como líder tras una etapa en la que los favoritos se vigilaron y dejaron la batalla para la alta montaña.


Todo un luchador

La película de 'rompepiernas' de este viernes se adaptó a un ciclista valiente, sin temor al vacío y al esfuerzo en balde. Luis León sacó fuerzas de donde notenía para aprovechar el 'descanso' que se tomaron los hombres a vigilar en la general, con la cabeza en la batalla de los Pirineos, próxima en el frente. El del Caisse d'Epargne cruzó la meta mirando el cielo, dedicando la victoria a su hermano, ése que desde el cielo empujó su bicicleta, atrevida y dispuesta a todo.

El murciano se coló en la fuga del día, originada a los pies del Entremont, puerto de segunda categoría a unos 64 kilómetros del final. Otros dos españoles, Josep Jufre y David de la Fuente, se convirtieron en compañeros de viaje de Luis León junto al italiano Niboli. El cuarteto se la jugó en la ascensión del Entremont y se dejó el alma en el Pas de Peyrol. Trabajaron por el bien común, pero el propio peso de la carrera acabó con los cuatro entre los del 'montón', sin premio.

El descenso del éxito

A unos 10 kilómetros del desenlace, la corta pero castigadora subida al Saint Jean de Donne, acabó difuminando la diferencia de los escapados, que le dotaron a la etapa de una intriga y emoción que siempre se agradece. Durante la ascensión, el grupo de los Kirchen, Evans, Valverde, Riccó, Schumacher y compañía neutralizó a los valientes. De la Fuente, el mejor escalador de los cuatro de cabeza, vio cómo se apagaba su ventaja algo más tarde, a unos 7 del final.

Tras coronar el puerto, de tercera categoría, Luis León Sánchez se empeñó en no quedarse en el olvido. Respiró y se decidió. Saltó en el descenso y pudo celebrar, con el corazón en un puño y en el recuerdo, su huella en este Tour. Los favoritos le vieron de lejos. La batalla por la general se aplazó a la alta montaña. Después de un sábado de transición, los Pirineos examinarán a los que quieran hacerse grandes.