miércoles, 8 de junio de 2011

Viaje al Giro de Italia (4ª parte): Llegada de la crono y vuelta a casa


El día había comenzado con una carga emocional importante pero aún nos esperaba un rato agradable en la llegada de la contrarreloj, y nada menos que en la Piazza Duomo, inmejorable escenario.

Lo primero que nos encontramos, mientras nos dirigíamos hacia la zona acreditada, fue la inmensa caravana que la carrera ha arrastrado durante sus veintiuna etapas. A toda velocidad pasaron todo tipo de vehículos, desde un trailer a un coche pintado con la tricolor italiana, cada uno con su patrocinador correspondiente. La hilera era infinita y todos nos quedamos boquiabiertos. A dos desorientados corredores de Euskaltel-Euskadi les pilló por sorpresa. Poco después apareció Ignatas Konovalovas calentando para afrontar la crono en las mejores condiciones. Detrás de él circulaba el coche principal del Movistar Team con José Luis Jaimerena al volante. Fue justo por el lugar en el que pasábamos nosotros donde se detuvo el vehículo junto al corredor, que se cambió de ropa para iniciar la crono con la prenda de pieza única. Les saludamos y José Luis no tardó en reconocernos con una sonrisa. No sería una carrera especialmente para su pupilo, que incluso se vio superado por un Kyrienka mucho más en forma.

Cuando me comunicaron que iría a ver la contrarreloj final del Giro de Italia nunca pensé que nosotros también participaríamos en una contrarreloj paralela. Y es que el tiempo jugaba en nuestra contra ya que nuestro avión partía hacia Madrid a las seis de la tarde, por lo que tendríamos que estar una hora antes para embarcar. No pudimos ver el final de la etapa y tampoco, especialmente, el podium final. Quizá sea el único contratiempo que hayamos acusado en tan redonda visita a Italia. Aún así, disfrutamos de la corta estancia en el hospitality vip. Y es que allí nos tenían preparado un catering de bastante nivel, una mochila del Giro junto a otros obsequios y asientos bajo la sombra de la carpa. El set estaba colocado justo a cien metros de la línea de meta, un buen lugar para ver la llegada de los corredores.


Mientras esperamos a que se aproximaran los primeros participantes no dejamos pasar la ocasión de picar algo aunque, en general, ninguno comimos en exceso ya que estábamos con muchas ganas de ver a los protagonistas. Varias televisiones nos mostraban la situación de carrera y podíamos saber quién iba acercándose y
cuando. La vista desde nuestra posición era muy buena y teníamos en frente las zonas vip de los cargos importantes y la grada principal. Yo me apresuré a salir de la zona para ir a comprar algunos recuerdos de la carrera en los puestos del Giro. Había muchísima gente de distintas nacionalidades esperando a los corredores.

Y por fin aparecieron los primeros ciclistas, quienes no escatimaban en esfuerzos y llegaban a la meta exhaustos, tratándose de la última jornada de uno de los Giros más duros de la historia (dicho por todos los corredores y directores). El primer Movistar en asomarse fue el simpático Carlos Oyarzun y posteriormente fue el lituano Konovalovas el que se exprimía sin éxito ya que no tenía tiempo para ganar la etapa.

En la televisión italiana se centraban en Dario Cioni y, sobre todo, en David Millar. El corredor británico del Garmin-Cervelo llegó como una locomotora a la línea de meta marcando el mejor tiempo. Los ciclistas seguían arribando, de todas las escuadras, pero el primer registro no varió. Ni Nibali ni Contador pudieron derrocarlo.
Casi sin darnos cuenta el tiempo se había acabado y nos tendríamos que marchar al aeropuerto de Malpensa. El ambiente al pie del podio era excepcional, con el rosa por bandera. Cuando Alberto subió a lo más alto sonó el himno de Riego (el himno español actual con la letra de Pemán). Quizá alguien quiso ahorrarnos tan bochornoso momento. Nosotros ya estábamos en el aeropuerto, haciendo tiempo para la salida de nuestro vuelo.

A pesar del sabor agridulce del final del viaje por perdernos la llegada de Alberto y el podium nos llevamos un imborrable recuerdo y quiero agradecer a Movistar y a las personas que nos guiaron a lo largo del fin de semana. Sabemos que han tomado nota de este suceso y para el Tour de Francia los afortunados del nuevo concurso podrán ver con total tranquilidad la etapa ya que se marcharán un día después. Ojalá podamos volver a disfrutar una nueva aventura en París.

Y así fue, tal y como llegamos nos marchamos, volando. Planeando alto, como suspendidos en el aire. En definitiva, soñando...

Si me he retrasado en la publicación de esta última parte de la crónica de nuestro viaje no ha sido por capricho si no para que viera la luz justo un mes después del acontecimiento. El día 27 de mayo daba comienzo una emocionante aventura, un sueño del que aún no me he podido despertar ...

PD: recordad que el próximo día 29 de junio, miércoles, se emitirá en Canal+ el especial del Movistar Team del programa "Informe Robinson" y que colgaré en este blog.

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