Alejandro Valverde afrontó la Vuelta Ciclista a España 2014 como segunda punta de lanza del Movistar Team y acabó consiguiendo una etapa mientras trabajaba para Nairo Quintana y, tras su lamentable abandono, repitió el puesto en el podio que ya cosechara el pasado año. Con éste son ya 6 las veces que sube al cajón de La Vuelta, igualando a un Roberto Heras que ostentaba ese máximo hasta ahora. Además, fue partícipe del espléndido triunfo en la contrarreloj por equipos inaugural del Movistar, que también cerró esta edición con la victoria en la cronometrada final de Adriano Malori.
Pero lo más importante es el papel protagonista que ha tomado en la ronda española nuestro Bala al estar entre los mejores cada jornada y portar el jersey rojo como primer clasificado durante cuatro días. Todo esto a pesar de completar su mejor actuación en el Tour de Francia y el desgaste tanto físico como mental que ello conlleva. Si en julio se esfumó toda opción de pisar los tres primeros puestos en los Campos Elíseos en aquella decepcionante crono, en Santiago de Compostela el podio quedó más que amarrado con su notable actuación. Acabó como mejor favorito y no pudo disputar la victoria por las condiciones climatológicas que afectaron a los últimos ciclistas en partir. Quizá le vimos finalizar esta semana más entero que en la ronda gala donde acusó los continuos ataques de los corredores anfitriones.
Para el recuerdo quedará la estratosférica demostración de potencia, entrega y humildad en la inédita ascensión a Cumbres Verdes, en la Zubia. Después de tirar del grupo cabecero en favor de Nairo Quintana durante más de media subida, fue capaz de controlar los ataques de los principales aspirantes y, por si fuera poco, rematar la faena con un sprint marca de la casa. Ni siquiera en el cuerpo técnico de su escuadra daban crédito ante los vatios que movió Alejandro en la infernal (por calor y dureza) escalada granadina. El propio Quintana reconocería en meta que estas exhibiciones sólo están al alcance de un corredor de la clase del Bala.
El Monte Castrove parecía la oportunidad perfecta para el asalto definitivo al maillot rojo pero Chris Froome se adelantó y jamás pudo darle alcance. De esta manera perdería su segunda plaza a la espera de lo que sucediera en Ancares-Pandozarco. Tanto el escenario como los rivales pusieron contra las cuerdas una vez más a Alejandro aunque el objetivo de mantener la calma y darlo todo hasta el final estaba claro. Primero fue Joaquim Rodríguez el que trató de robarle la tercera posición en la clasificación demarrando casi a pie de puerto. No saltó Valverde prefiriendo poner su ritmo constante de caza para antes que cebarse. Froome sería el siguiente en probarlo aunque el durísimo pedalear del británico no fue neutralizado por el Bala en su totalidad, como sí por Contador. La lucha se centraba ahora en el podio y, así, no paró hasta alcanzar a Rodríguez y superarle para asegurar por fin su preciado lugar. Lo logró tras mantenerse muy cerca de Contador y Froome durante toda la subida, sin desinflarse y dejando a las claras que ha acabado La Vuelta con muchas fuerzas. Formidable esfuerzo que tuvo su recompensa en Santiago.
En ocho participaciones concluidas en la más célebre competición española, Alejandro Valverde no se ha bajado del Top-5 y en seis de ellas ha pisado el podio (ver palmarés en la columna derecha de la página). Su amor por esta carrera así como su regularidad a lo largo del tiempo son innegables. Por si fuera poco, suma una victoria de etapa a sus ahora ocho y nos deja con la sensación de que no será la última. Lo mejor de todo es que aún sigue muy motivado para emplearse en la batalla por el World Tour, donde Contador le ha rebasado en puntos, y especialmente en el Mundial de casa, en Ponferrada, donde parte como líder de la formación española. Sólo nos falta el oro y todos sabemos que es merecedero con creces de esta presea. #VamosBala
Infografía: @Movistar_Team
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