lunes, 10 de septiembre de 2007

Menchov comanda un buque en el que los españoles se encuentran sumergidos

El ciclista ruso de Rabobank se viste de color oro en la cima de Cerler, meta de la 9ª etapa, depués de escaparse con Leonardo Piepoli (ganador de la etapa) y dejar atrás al resto de favoritos en la ascensión final. Sastre, cuarto en la general, es el mejor español a más de tres minutos del líder.

Es el segundo aviso de Menchov, y éste tiene pinta de ser definitivo: Es el más fuerte de esta carrera. Y así lo demostró en la cima aragonesa, donde se convirtió en el protagonista, pese a regalar la victoria a Piepoli, para seguir arañando segundos a los demás aspirantes: 16 al Sastre, que fue cuarto; más de un minuto a Cadel Evans y Samuel Sánchez; y más de cinco al anterior líder, el belga Stijn Devolder.

Final de etapa en alto y pacto de caballeros entre triunfadores, uno parcial, el otro con vistas a la general: Piepoli y Menchov hicieron juntos los últimos 5 kilómetros en cabeza, compartieron el esfuerzo y, poco a poco, fueron destrozando el grupo de perseguidores, del que iban cayendo corredores progresivamente. Piepoli fue generoso en los relevos y Menchov, agradecido, ofreció el botín al corredor de Matxín mientras él se aseguraba el maillot de líder.

Piepoli, que ya ganó dos veces en Cerler en la Vuelta a Aragón (2002 y 2003), marcó un tiempo de 4h.28.21 en el recorrido de 167 kms que separaba Huesca de la cumbre aragonesa y, por detrás, a 17 segundos, llegaron el sorprendente Ezequiel Mosquera (Karpin Galicia) y Carlos Sastre, el único de los elegidos que salvó el barco sin hundirse. Samuel Sánchez, con Efimkin y Evans se dejaron 1.03 en las rampas pirenaicas y ya quedaron descartados para sus más optimistas objetivos. Marchante pasó las de Caín, se metió en la escapada del día pero llegó destrozado a más de 6 minutos.

Había heridas y cuentas pendientes al encarar Pirineos, después del hundimiento de los escaladores en la contrarrelloj de Zaragoza. Gómez Marchante, uno de los damnificados en la autovía maña, se metió en una numerosa escapada de 12 corredores que se formó en el kilómetro 27. Una fuga controlada en todo momento y que nunca superó los 2.30 minutos de ventaja.

El madrileño del Saunier Duval era el mejor clasificado de la expedición a más de 6 minutos del líder. Chente García y David López (Caisse), Igor Antón (Euskaltel), Serafín Martínez (Karpin) y Davide Rebellin, eran los principales nombres de la expedición que se abrió pasó por los puertos de Monrepós, Serralbo y La Foradada, en pleno corazón del Pirineo oscense, entre curvas y desfiladeros que invitaban a observar el paisaje.

El Discovery de Devolder y el Rabobank de Menchov jugaron su partida particular al frente del grupo, con Marchante, que intentó el despegue sin éxito, a tiro de piedra, por si acaso. El protagonismo de los 12 escapados finalizó en la falda del último puerto, a 14 kilómetros de la cima.

El CSC tensó la cadena con Iñigo Cuesta y seleccionó el grupo principal. Todos aguantaron, menos el líder Devolder, que no dio la talla cuesta arriba. Después de unos kilómetros de estudio llegó la jugada del jaque definitivo: Atacó Piepoli y Menchov fue el único que aguantó al escalador de Saunier, un auténtico gato que tenía en su palmarés la etapa del Alto de Aitana en la Vuelta de 2004.

Italiano y ruso ya no miraron atrás, donde se retorcían Sastre y Mosquera en la persecución. Solos, pues, era cuestión de demostrar un uen entendimiento hasta la cima, desde donde Menchov, en un día muy despejado, vio Madrid mucho más cerca que los demás.

La jornada reina de la Vuelta llega en la décima jornada con el recorrido más largo de la presente edición, 214 kilómetros, entre Benasque y Vallnord, en Andorra. La etapa ofrece un perfil muy exigente con el Coll de Fadas (2a), el Puerto de la Cruz de Perves (2a), el Cantó (1a) y el final en alto andorrano, techo de la Vuelta, a 2.200 metros de altitud.

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